19-02-2010 - La encantadora tarea de moldear artesanalmente un microemprendimiento
Lo que empezó como un hobby de niña se transformó en una forma de vida. Patricia Baigorria, una vecina de la localidad de Burzaco, transcurre sus días produciendo piezas artesanales en cerámica que luego comercializa de diversas maneras. Hace pocos días obtuvo un crédito para microemprendedores que otorga la Secretaría de Producción y Desarrollo municipal y la artesana augura un crecimiento de su taller con la compra de un horno a gas para fabricar de manera más eficiente sus productos.
Muchas son las personas que de niños o adolescentes aprenden diferentes actividades artísticas, culturales o deportivas, que con el tiempo se transforman en simples recuerdos de una etapa de la vida. Patricia Baigorria tenía 12 años cuando su madre la llevó a un taller de cerámica en Adrogué. Allí aprendió la técnica y comenzó a fabricar sus propias piezas que con el paso del tiempo se fueron perfeccionado, hasta provocar la admiración de familiares y amigos.
“Mis amigas me convencieron de que podía vender las piezas que fabricaba, que tenía que dejar de ser un hobby para transformarse en una actividad comercial. Fue así que el año pasado empecé el curso para microemprendedores en la casa de la Cultura en Adrogué. Ahí aprendí muchísimo y conocí a la gente de la Ong ADESO y me dijeron que podía pedir un préstamo. Lo primero que pensé fue en el horno a gas que me va a permitir trabajar más cantidad de productos y con mejores terminaciones”, relata Patricia mientras arma el equipo de mate para encarar una distendida charla con Diario Brown.
Las artesanías en cerámica involucran un proceso de moldeado de la arcilla y luego una cocción a alta temperatura en un horno espacialmente diseñado para cumplir ese fin. “El que yo uso casero. En una reunión vecinal una mujer que dictaba clases de cerámica nos enseñó a fabricar un horno a leña con materiales que se consiguen en cualquier lado. Funciona bien pero te limita a realizar cierta clase de productos y para cada horneada tenés que juntar 13 cajones de madera”, comenta Patricia.
“Nosotros no podemos competir con aquel fabricante que produce innumerables cantidad de productos en serie que luego se venden a bajos precios. Lo que hacemos es hacer los moldes, producir las piezas y hacerles un agregado especial, un toque verdaderamente artesanal que los distinga del resto”, señala la artesana mientras exhibe los productos que fabrica en su taller.
Las ganancias que Patricia obtiene vendiendo sus productos son destinados en parte para solventar los estudios de su hija Victoria, quien aspira a ingresar a la carrera de medicina en la Universidad Nacional de La Plata. Incluso, la propia Victoria vende en la feria artesanal de Plaza Italia las piezas que fabrica su madre para colaborar con el emprendimiento.
Almirante Brown, San Isidro, Belgrano y La Plata, son las localidades en las que Patricia exhibe y comercializa sus productos en diferentes Ferias Artesanales. Además venden sus piezas a locales de productos regionales del distrito. Como la mayoría de los productos artesanales, la gente admira sus formas pero “no siempre están dispuestos a pagar lo que valen, el trabajo que uno hace que es completamente artesanal”, asegura Patricia.
La variedad de piezas y precios mantienen el negocio estable y a partir de la compra del horno a gas Patricia prevé un crecimiento de su emprendimiento. “El horno me va a permitir trabajar diferentes técnicas, esmaltados y mayor cantidad de piezas. Por eso quiero agradecer al Intendente Giustozzi y al Secretaría de Producción y Desarrollo porque gracias a ellos podemos acceder a una ayuda económica que te permite crecer, impulsar con fuerza nuestros emprendimientos. Este tipo de iniciativa antes no pasaba y ahora cualquier vecino de Brown puede cumplir el sueño de emprender su propio negocio. Es un gran cambio positivo”, remarca Patricia.
El sueño de tener su propio local es el sueño de Patricia y su familia en el futuro. Mientras la artesana anuncia la cebada del último mate, la charla va llegando a su fin. Mates, Cuencos y una decena de piezas construidas artesanalmente en cerámica, cubren la mesa y dan cuenta del admirable trabajo que comenzó como un juego de niña y terminó constituyéndose en una forma de vida para toda una familia.
Lo que empezó como un hobby de niña se transformó en una forma de vida. Patricia Baigorria, una vecina de la localidad de Burzaco, transcurre sus días produciendo piezas artesanales en cerámica que luego comercializa de diversas maneras. Hace pocos días obtuvo un crédito para microemprendedores que otorga la Secretaría de Producción y Desarrollo municipal y la artesana augura un crecimiento de su taller con la compra de un horno a gas para fabricar de manera más eficiente sus productos.
Muchas son las personas que de niños o adolescentes aprenden diferentes actividades artísticas, culturales o deportivas, que con el tiempo se transforman en simples recuerdos de una etapa de la vida. Patricia Baigorria tenía 12 años cuando su madre la llevó a un taller de cerámica en Adrogué. Allí aprendió la técnica y comenzó a fabricar sus propias piezas que con el paso del tiempo se fueron perfeccionado, hasta provocar la admiración de familiares y amigos.
“Mis amigas me convencieron de que podía vender las piezas que fabricaba, que tenía que dejar de ser un hobby para transformarse en una actividad comercial. Fue así que el año pasado empecé el curso para microemprendedores en la casa de la Cultura en Adrogué. Ahí aprendí muchísimo y conocí a la gente de la Ong ADESO y me dijeron que podía pedir un préstamo. Lo primero que pensé fue en el horno a gas que me va a permitir trabajar más cantidad de productos y con mejores terminaciones”, relata Patricia mientras arma el equipo de mate para encarar una distendida charla con Diario Brown.
Las artesanías en cerámica involucran un proceso de moldeado de la arcilla y luego una cocción a alta temperatura en un horno espacialmente diseñado para cumplir ese fin. “El que yo uso casero. En una reunión vecinal una mujer que dictaba clases de cerámica nos enseñó a fabricar un horno a leña con materiales que se consiguen en cualquier lado. Funciona bien pero te limita a realizar cierta clase de productos y para cada horneada tenés que juntar 13 cajones de madera”, comenta Patricia.
“Nosotros no podemos competir con aquel fabricante que produce innumerables cantidad de productos en serie que luego se venden a bajos precios. Lo que hacemos es hacer los moldes, producir las piezas y hacerles un agregado especial, un toque verdaderamente artesanal que los distinga del resto”, señala la artesana mientras exhibe los productos que fabrica en su taller.
Las ganancias que Patricia obtiene vendiendo sus productos son destinados en parte para solventar los estudios de su hija Victoria, quien aspira a ingresar a la carrera de medicina en la Universidad Nacional de La Plata. Incluso, la propia Victoria vende en la feria artesanal de Plaza Italia las piezas que fabrica su madre para colaborar con el emprendimiento.
Almirante Brown, San Isidro, Belgrano y La Plata, son las localidades en las que Patricia exhibe y comercializa sus productos en diferentes Ferias Artesanales. Además venden sus piezas a locales de productos regionales del distrito. Como la mayoría de los productos artesanales, la gente admira sus formas pero “no siempre están dispuestos a pagar lo que valen, el trabajo que uno hace que es completamente artesanal”, asegura Patricia.
La variedad de piezas y precios mantienen el negocio estable y a partir de la compra del horno a gas Patricia prevé un crecimiento de su emprendimiento. “El horno me va a permitir trabajar diferentes técnicas, esmaltados y mayor cantidad de piezas. Por eso quiero agradecer al Intendente Giustozzi y al Secretaría de Producción y Desarrollo porque gracias a ellos podemos acceder a una ayuda económica que te permite crecer, impulsar con fuerza nuestros emprendimientos. Este tipo de iniciativa antes no pasaba y ahora cualquier vecino de Brown puede cumplir el sueño de emprender su propio negocio. Es un gran cambio positivo”, remarca Patricia.
El sueño de tener su propio local es el sueño de Patricia y su familia en el futuro. Mientras la artesana anuncia la cebada del último mate, la charla va llegando a su fin. Mates, Cuencos y una decena de piezas construidas artesanalmente en cerámica, cubren la mesa y dan cuenta del admirable trabajo que comenzó como un juego de niña y terminó constituyéndose en una forma de vida para toda una familia.
Fuentes: diariobrown, semanarioalsur, municipiosweb, radio26.-